La intimidad del cliente en el salón de belleza
14 abril, 2018
Un salón de belleza es un negocio que requiere un excelente servicio de atención al cliente. Debemos asegurar la máxima calidad en el trato para que recuerden nustros protocolos y los perciban con la máxima calidad para asegurar y fidelizar su vuelta.
El servicio en un salón de belleza debe de ser lo más excelente posible, no debemos conformarnos con un notable. Piensa siempre como querrías tú que te tratasen cuando acudes a un salón. Estudia muy bien tu espacio porque la atmósfera que perciba tu cliente será la responsable de su bienestar. Un espacio acogedor, con una iluminación adecuada y una camilla confortable son las premisas básicas con las que debe contar tu negocio.
Las consecuencia inmediata de un salón de belleza bonito y acogedor es que aseguras que tu cliente se sentirá bien y querrá volver con frecuencia. De la misma manera aseguras que tu cliente recomiende tu centro a otras personas.
Tu actitud debe ser paralela a la imagen que transmite tu salón. Sabemos perfectamente la lealtad de la mayoría de mujeres hacia su esteticista o estilista, es difícil que una vez conquistadas cambien de salón. Cuida al máximo tu imagen, tu pelo, tus manos, tu uniforme... Estás vendiendo belleza, así que debes reflejar al máximo una imagen impoluta pero sin estridencias.
Un salón de belleza debe transmitir una imagen limpia, minimalista y luminosa, tres premisas que puedes aplicar a tu imagen. Procura no abusar del maquillaje pero sí mostrar una piel cuidada, recoge tu pelo y si no utilizas guantes no esmaltes tus uñas con tonos fuertes. Constituir una base de clientes leales asegura unos ingresos fijos que harán que tu Salón prospere.
En Starpil tenemos experiencia en formación y la intimidad y trato al cliente son premisas fundamentales para asegurar la calidad de un centro de belleza.
Las consecuencia inmediata de un salón de belleza bonito y acogedor es que aseguras que tu cliente se sentirá bien y querrá volver con frecuencia. De la misma manera aseguras que tu cliente recomiende tu centro a otras personas.
Tu actitud debe ser paralela a la imagen que transmite tu salón. Sabemos perfectamente la lealtad de la mayoría de mujeres hacia su esteticista o estilista, es difícil que una vez conquistadas cambien de salón. Cuida al máximo tu imagen, tu pelo, tus manos, tu uniforme... Estás vendiendo belleza, así que debes reflejar al máximo una imagen impoluta pero sin estridencias.
Un salón de belleza debe transmitir una imagen limpia, minimalista y luminosa, tres premisas que puedes aplicar a tu imagen. Procura no abusar del maquillaje pero sí mostrar una piel cuidada, recoge tu pelo y si no utilizas guantes no esmaltes tus uñas con tonos fuertes. Constituir una base de clientes leales asegura unos ingresos fijos que harán que tu Salón prospere.
En Starpil tenemos experiencia en formación y la intimidad y trato al cliente son premisas fundamentales para asegurar la calidad de un centro de belleza.