Prepara tu piel para los primeros rayos de sol

Prepara tu piel para los primeros rayos de sol

Sigue estos 4 sencillos tips para cuidar tu piel, conseguir un bronceado perfecto y evitar quemaduras solares

Por fin ha llegado la esperada primavera y con ella, los primeros rayos de sol y las ganas de disfrutar del buen tiempo y aprovechar las temperaturas más cálidas para broncear nuestra piel y embellecer nuestra imagen. Además de dar color a nuestro rostro, los rayos de sol contienen vitamina D y producen serotonina que conlleva una agradable sensación de bien estar que reduce el estrés. Está claro que el sol resulta muy beneficioso para nuestra salud si lo tomamos con precaución y moderación. Para que los rayos del sol resulten beneficiosos en todos los sentidos, es primordial que, antes de exponernos al astro rey, seamos prudentes y tengamos en cuenta una serie de pasos para no poner en riesgo la salud de nuestra piel.

Antes de quitarnos la ropa y tumbarnos al sol, tenemos que tener en cuenta que hemos mantenido nuestra piel cubierta durante los meses de invierno y, por lo tanto, no está preparada para exponerla al sol de un día para otro. Es muy importante que creemos una rutina pre-verano para preparar la epidermis y obtener mejores recompensas.

  1. Exfolia tu piel

Es muy recomendable usar protector solar en el rostro durante todo el año y por supuesto en todo el cuerpo en el verano, pero antes de exponerse al sol es muy importante limpiar tu piel y eliminar las células muertas.

Para el rostro, utiliza primero un limpiador que arrastre todas las partículas que ensucian tus poros y después una exfoliación que no sea muy abrasiva. Para ello elige un exfoliante con micropartículas y aplícalo en toda la cara con movimientos circulares de una forma suave, no se trata de dañar la epidermis. Con esto conseguirás eliminar las impurezas de tu rostro sin ser agresivo con la piel.

Para tu cuerpo, puedes escoger un exfoliante con los gránulos más gruesos. Aplícatelo bajo la ducha, también en movimientos circulares, y elimina la piel muerta para dejarla suave, lisa, luminosa y más receptiva al sol consiguiendo un bronceado más uniforme. En esta rutina incluye también los pies, los grandes olvidados hasta que llega el verano.

Nunca uses el mismo exfoliante para tu cuerpo y tu rostro.

Tanto si te lo haces en casa como si vas a algún profesional a realizarte la exfoliación, evita el sol durante los siguientes días ya que puedes provocar la aparición de manchitas no deseadas. Es por eso que este proceso es muy importante realizarlo antes de exponerte a los primeros rayos de sol.

  • Hidrata tu piel

Tras la exfoliación, la piel está tan limpia que es el mejor momento para absorber las propiedades que nos aportan las cremas o lociones hidrantes.

Tanto para el rostro como para el resto del cuerpo, lo ideal es que el producto que te vayas a aplicar tenga vitaminas C y E o ácido hialurónico. Revitalizarás la piel de una forma más profunda.

Este paso es esencial realizarlo a diario ya que, si no hidratamos la melanina de nuestra piel, los rayos ultravioletas reducirán su elasticidad y se acelerara el proceso de envejecimiento prematuro.

  • Renueva tus protectores solares

Por supuesto, las cremas protectoras con un SPF adecuado son primordiales, pero antes de utilizarlas revisa todas las cremas solares y su estado. Tanto de cuerpo como de cara. Si las compraste a principios de verano piensa en hacerte con otro protector solar ya que a los doce meses pierden su función protectora.

  • Cuida tu alimentación

¿Sabías que hay alimentos que ayudan a preparar la piel para tomar el sol?

Una buena alimentación, saludable y equilibrada se refleja en nuestra piel. Si lo que queremos es conseguir un bronceado gradual y no quemarnos durante el verano tienes que cuidarte también desde dentro.

  • Alimentos ricos en betacaroteno. No solamente mejorarán el aspecto de tu piel, sino que potenciarán el bronceado porque estimulan la síntesis de melanina. Uno de los más conocidos es la zanahoria, pero también tienen alto contenido en betacaroteno alimentos como los tomates, los albaricoques, los melones, y las verduras de hoja verde como las espinacas, el brócoli o el calabacín.
  • Alimentos con vitaminas y antioxidantes. Incorpora a tu dieta más vitaminas y antioxidantes. Antes de que acabe la temporada, incluye las fresas en tus postres. Poseen un alto contenido en vitamina C (ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro) y también son ricas en taninos. Cómo bien se sabe, la naranja también tiene mucha vitamina C así que ¿y si combinas las fresas en una macedonia con zumo de naranja? La vitamina A la podemos encontrar en grasas de pescados como el salmón o la caballa y en los aceites vegetales. Y en cuanto a los antioxidantes, si te gusta la Granada no dudes en utilizarla en ensaladas o lo que se te ocurra, porque tiene un alto contenido en antioxidantes que ayuda a proteger tu piel de los daños celulares que pueden causar los rayos ultravioletas.

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